Un toque sutil

                            ¡Qué fragilidad, qué luminosidad, qué fragancia sublime el perfume de tu piel mojada de romero, azahar y tomillo.

Mojada en lavanda, suave aroma del campo agreste.

 Dichoso soy por conocerte y amarte, ojalá que mis pensamientos sean como pétalos sutiles que te abrazan y te besan.

Tus labios son dos naves que navegan por  mi océano.

Fragante río, sinuoso y atrevido, tu color es transparente, lleno de verdor en la pradera.

El colorido vestido ilumina la estancia.

Las flores del jardín impregnan con candor de sutiles aromas donde nace el amor.



                      Armando Ibáñez.