Como todos los años, el 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, un acontecimiento con el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende alertar sobre los desafíos y necesidades que plantea este ámbito de la salud. El tema elegido para este año 2013 es el de la salud mental en las personas mayores, una cuestión comúnmente dejada de lado, aunque esencial para alcanzar una buena calidad de vida en este periodo vital.
A este respecto, la Federación Mundial para la Salud Mental (World Federation for Mental Health - WFMH) ha publicado el Informe Salud Mental y Personas Mayores (Mental Health and Older People), en el que argumenta las razones que justifican la necesidad de garantizar el bienestar psicológico de las personas mayores, así como proporciona información relevante sobre la presencia e impacto de los trastornos de ansiedad, la depresión o las demencias en este rango de edad, y que urgen a los gobiernos a diseñar planes eficaces de respuesta, debido al aumento de la población mayor en el mundo.
Respecto a estos tres problemas de salud mental, la WFMH advierte:
  • Sobre la demencia en las personas mayores:
La demencia es la causa principal de dependencia y discapacidad en las personas mayores, afectando seriamente su calidad de vida y la de sus familiares. Se estima que entre el 2 y el 10% de todos los tipos de demencia comienzan antes de los 65 años y su prevalencia se duplica cada 5 años a partir de esa edad.
Desafortunadamente, tal y como señala el informe de la WFMH, los países todavía no cuentan con los conocimientos ni la concienciación suficiente para hacer frente a este problema, lo que contribuye al asilamiento y a la estigmatización de las personas mayores con enfermedades neurodegenerativas, tipo Alzheimer. El diagnóstico de las demencias sigue siendo aún tardío y los servicios sanitarios no están preparados para dar respuesta a esta creciente demanda, cuya responsabilidad de la atención acaba recayendo en el entorno cercano.
  • Sobre la depresión en personas mayores:
La depresión es el problema de salud mental más prevalente entre las personas mayores, dando lugar a un grave deterioro en su funcionamiento físico, mental y social. Además, la presencia de depresión afecta directamente al curso y evolución de cualquier otra enfermedad crónica que presente el paciente, complicando las posibilidades de intervención. De esta manera, la evidencia científica ha puesto de manifiesto que las personas mayores con depresión realizan más visitas al médico de cabecera, están recibiendo más cantidad y variedad de medicación y permanecen hospitalizadas durante periodos más prolongados de tiempo que aquellas que no presentan depresión. Uno de los obstáculos que dificulta la posibilidad de que las personas mayores con depresión reciban el tratamiento adecuado para este problema de salud mental radica en la creencia errónea, pero comúnmente extendida, de que la depresión forma parte del proceso normal de esta etapa de la vida. Sin embargo, el estado de ánimo depresivo no es un “síntoma normal” del envejecimiento, por lo que debe ser detectado y tratado a tiempo.
  • Sobre los problemas de ansiedad en personas mayores:
Los trastornos de ansiedad, el trastorno de pánico y las fobias se presentan en el 10% de las personas mayores, interfiriendo notablemente con la capacidad para realizar actividades de la vida cotidiana. La ansiedad también es un síntoma de depresión en personas mayores y su presencia puede exacerbar la sintomatología física que acompaña estos procesos, como dolores, complicaciones médicas, etc., por lo que resulta esencial evaluar la presencia de estos síntomas a partir de los 65 años.
Además de estos tres problemas de salud mental, la WFMH señala que las personas mayores pueden presentar también otros trastornos mentales propios de cualquier etapa de la vida, como el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo-compulsivo, las adicciones y, aunque menos prevalentemente, la esquizofrenia. A este respecto, los autores del informe recuerdan que los síntomas psicóticos, como las alucinaciones o los delirios, pueden ser producto de determinadas enfermedades físicas, entre las que cabe destacar las demencias, las infecciones, los trastornos metabólicos u hormonales, los daños sensoriales o el abuso de sustancias.
Tal y como defiende la WFMH, los gobiernos tienen la obligación y necesidad de adoptar medidas eficaces para promocionar la salud mental de las personas mayores. La salud mental no es una opción, sino un derecho básico de todos los ciudadanos, y especialmente, del colectivo de mayores. Los responsables de las políticas sanitarias deben ser conscientes de que si no se realizan acciones en esta dirección “el envejecimiento de la población tendrá graves consecuencias en la fuerza de trabajo, en los sistemas de salud, en las redes de cuidados informales y formales, y, en definitiva, en el conjunto de la sociedad”.
Se puede consultar el documento en el siguiente enlace:


(publicado en infocop )